SOLO BASTABA UN APRETÓN DE MANOS

El 28 de Junio de 2008, Noticias de Villa Elvira publicó la primer nota sobre los comerciantes locales y el auge de la expansión de supermercados chinos en la región.

En esa oportunidad los trabajadores de Villa Elvira se preguntaron por quiénes eran los responsables de autorizar la instalación. Ese día comenzó una pelea sin precedentes en oposición a la radicación de supermercados que no respetaran la Ordenanza Nro 10334, la cual regula las distancias y superficies a habilitar.

Se conformó el Centro Elvirense de Comercio y Desarrollo. La señora Cristina Agueda, propietaria del supermercado “El 22” de 1 y 75, fue proclamada presidente.

Las corridas, las tensiones, peleas con autoridades, y hasta corte de calles hicieron que las malas intenciones tuvieron un freno.

Por supuesto que Noticias de Villa Elvira acompañó. Estuvo. Participó. Se organizaron marchas en contra también de la inseguridad y se estaba planificando una estrategia a la metodología empleada por los comerciantes chinos que pueden ofrecer productos a precios mejores que los mayoristas.

Fue Cristina Agueda la defensora incansable en contra de las injusticias y de las deslealtades. Junto con Jenny León, secretaria del CECyD, discutieron cara a cara con Oscar Trevino, director de habilitaciones de la Municipalidad de La Plata, por las dudosas habilitaciones.

La semana pasada algo pasó. Algo se quebró. Las piezas empezaron a temblar. Las fichas del dominó se balacean y parece que pronto caerán como moscas. El autoservicio “El 22” ya no pertenece a la familia Agueda, ahora es de los Chin, Lee, quizás de los Sión. Cristina vendió. La presidente del Centro Elvirense de Comercio y Desarrollo de Villa Elvira, le transfirió el comercio a una familia china. Fuentes vinculadas a los comerciantes revelaron que algunos integrantes de la tambaleante comisión estaban en las últimas horas queriendo averiguar el teléfono del contador de los orientales para venderles el comercio.
Donde habrán quedado la “palabra” y el “honor”. El simple apretón de manos como testimonio de confianza. Hoy billetera mata galán y negocios son negocios.