Publicó Nación
Primer año de Cristina Kirchner / Encuesta de Poliarquía

Drástica caída de la confianza social

El 40% de la gente cree que la situación del país es "negativa" y que 2009 será peor; es un fuerte contraste respecto del año anterior


Un drástico cambio atraviesa la percepción de los argentinos sobre la situación del país. En menos de un año, el optimismo de la población sobre el presente y el futuro de la Argentina cayó en picada. Un desplome de más de 20 puntos que se agravó hace dos meses, cuando creció el temor sobre las dificultades económicas y subió, por primera vez en tres años, el índice de inquietud por el desempleo.
De acuerdo con el último informe nacional de Poliarquía Consultores, el 40 por ciento de la población siente que la situación de la Argentina es mala. Y asegura que 2009 será peor. Una abrumadora mayoría frente a un reducido 17 por ciento que ve el presente y el futuro como "positivos".
Cuando Cristina Kirchner asumió la presidencia, los números eran radicalmente opuestos: el 40 por ciento de los argentinos sostenían que la situación del país era buena. Y en diciembre de 2007 estaban seguros de que 2008 sería mejor. En aquel momento, sólo un 18 por ciento contrariaba el optimismo generalizado. La confianza se derrumbó en menos de 12 meses.

¿Qué ocurrió para que las cifras de confianza cayeran tanto en tan poco tiempo? "Las expectativas se derrumbaron con fuerza durante el conflicto agropecuario, subieron levemente a partir de agosto y volvieron a caer cuando la gente percibió que la crisis internacional llegaría al país -describió Alejandro Catterberg, uno de los directores de Poliarquía-. La preocupación profundiza el pesimismo."
Las cifras respaldan los análisis. A fines de 2007, la evaluación positiva sobre el país era del 40 por ciento; la negativa, del 18. En pleno conflicto agropecuario el juicio negativo trepó al 45 por ciento, y el positivo bajó al 14. En septiembre, la mirada positiva había repuntado levemente (21 por ciento) y la negativa había caído cinco puntos (35 por ciento). La crisis internacional desmoronó la última esperanza; en noviembre la confianza bajó a 17 por ciento y el pesimismo creció otra vez, y llegó al 40.

Las cifras tienen un derrotero similar al de la imagen del Gobierno y de Cristina Kirchner. Cuando comenzó su mandato, la Presidenta tenía una imagen positiva del 56 por ciento. Se derrumbó al 20 por ciento en junio, trepó al 30 en octubre y cayó otra vez en noviembre, recalando en el 28 por ciento. La aprobación de la gestión económica era del 55 por ciento en diciembre de 2007; hoy es del 29.
Los sondeos telefónicos mensuales en hogares particulares, a 1000 personas mayores de 18 años en 40 ciudades de más de 10.000 habitantes, sirvieron también para hacer un análisis específico de las preocupaciones personales de los argentinos.

Cuando se les preguntó acerca del "principal problema del país", los encuestados dieron dos respuestas mayoritarias: inseguridad (33 por ciento) y "la clase dirigente" (12 por ciento).
Sin embargo, cuando se les preguntó acerca de cuál era el problema que los afectaba "personalmente", al problema histórico de "la inseguridad" (25 por ciento), le siguieron "los problemas económicos" (23 por ciento) y "el desempleo" (12 por ciento).
Los temores

Fue la primera vez en casi 12 meses que el ítem "inflación" no apareció en los primeros puestos. También fue la primera vez que "los problemas económicos" llegaron tan alto y que "la situación del agro" cayó tan bajo (3 por ciento). Pero hubo otra sorpresa: fue la primera vez, en tres años, que la preocupación por "el desempleo" se coló entre los principales desvelos de los encuestados.
"A los problemas que arrastraba el Gobierno, se le sumó la nítida incertidumbre que generó la certeza de que la crisis los afectará", describió Catterberg.

El gran problema de arrastre del Gobierno, según las cifras, sigue siendo las secuelas del conflicto con el campo. El 69 por ciento de la población dijo estar "en desacuerdo" con las fallidas retenciones móviles.
El resto de las medidas más importantes de 2008 para el imaginario oficial no afectaron al Gobierno. Al contrario. La reestatización de Aerolíneas Argentina logró una aprobación del 52 por ciento, contra un rechazo del 40. Y la estatización del sistema jubilatorio sumó una aprobación del 45 por ciento, contra una desaprobación del 40. Igual no alcanza para retomar confianza. En 2007, sólo el 17 por ciento de la gente creía que 2008 sería malo. Hoy ya llegan al 39 por ciento los que creen que, en 2009, les irá peor.