Que hace el Intendente con la Basura II
UN NEGOCIO RENTABLE
El negocio de la basura mueve millones de pesos al año. Un informe del diario “La Nación” habla de cálculos no oficiales que superarían los 450 millones de pesos al año en Capital Federal. Según el intendente Pablo Bruera, son las cooperativas las encargadas del manejo de cientos de toneladas diarias que el Municipio recolecta como parte Plan de Reciclado.
Según La Nación, en Capital Federal, de los 450 millones, se estima que los cartoneros mueven alrededor del 20%, es decir, unos 90 millones originados en la informalidad.
Dice que la basura pasa del cartonero y la recolección a la clasificación de los materiales, continúa con los galponeros o acopiadores y termina en las empresas de reciclado; el pase de mano en mano aumenta el valor del reciclado. Hacen notar que “es un mundo de precaria legalidad queda al desnudo: trabajo infantil, vulnerabilidad y alta exposición a focos infecciosos, mafias, veredas sucias con bolsas de residuos despanzurradas, empresarios que aprovechan la informalidad del negocio para ganar más”, resaltando que, hasta el momento, hubo tímidas acciones de gobierno para poner en orden el andamiaje del negocio.
Estimaciones de la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel de la República Argentina (AFCPArg), por año se recogen más de 430.000 toneladas de cartón en todo el país. Otras voces aseguran que las toneladas de papel recuperado aumentaron explosivamente en los últimos dos años: ya no son 430.000 toneladas, aseguran, sino 600.000, por lo cual el negocio en danza ya no sería de 450 sino de 700 millones de pesos.
El negocio informal de la basura es altamente rentable para las empresas recicladotas. En cambio, para los trabajadores y cartoneros, quienes manipulan la basura yugando en alto riesgo, no reditúa los altos valores que se manejan en otras esferas. Desde ya, en la cadena de paso de la basura existen, según versiones oficiales, existen claroscuros interesantes, ya que, desde que el cartonero le vende al galpón y éste a las empresas de reciclado, la informalidad y el trabajo en negro, termina siendo blanqueado por grandes grupos capitalistas.
En Capital Federal, los cartoneros se enrolaron detrás de un frente creado por el gobierno, pero se desconoce la cantidad exacta de cuantos son los recolectores. En realidad los datos son difusos y esto ha requerido varios pedidos de informes. Desde el macrismo sostiene que el trabajo informal va en vías de formalizarse. La idea, como sucede en otros países, es incorporar al cartonero al trabajo formal. En Villa Soldati, el el gobierno porteño y los recicladores urbanos de la Cooperativa Ecológica de Recicladores del Bajo Flores (Cerbaf), inauguraron una planta de separación de residuos, que empleará a unos 30 operarios, todos cartoneros de la zona en la que hace cuatro años se habían formado como cooperativa.
En una segunda instancia se incorporarán más trabajadores para alcanzar la capacidad máxima de procesamiento de las instalaciones, que es de 120 toneladas de residuos diarios, lo que requiere alrededor de 150 personas. El resto de los cartoneros, ¿seguirá en la informalidad?
Podría decirse que los números no dan como para incorporar definitivamente a todos los cartoneros en el circuito formal de trabajo. O podría acaso sospecharse que es justamente la permanencia de esos miles de trabajadores al margen de las obligaciones impositivas lo que contribuye a la millonaria rentabilidad del negocio. En líneas generales, empresarios y especialistas, con distintos argumentos, dicen que el rol del cartornero es fundamental en la cadena, irreemplazable.
Rafael Gaviola, titular de Afcparg, es uno de ellos: la labor del cartonero es "dura", acepta, pero cree que su aporte a la industria del reciclado no es tan necesaria en la industria del papel porque, asegura, la mayor parte del papel que se recicla llega por devolución de diarios, las fábricas de papel y los supermercados. "La informalidad de una parte del circuito y de los cartoneros son consecuencia del modelo de país."
El licenciado José Pronato, director ejecutivo de la Cipetar, admite que, en una primera etapa, alguien tiene que hacer la recolección y, si no hay una recolección diferenciada, no se puede reciclar.
Algunos precios que se manejan en el mercado de la basura
Reciclar S.A., es una empresa pionera en el reciclado de papel, cartón y botellas de plástico (PEP). Compran los mil kilos a 900 pesos el transparente y 600 pesos el de color. Finalizado el proceso químico lo venden a 600 dólares. Se exporta a China y Alemania.
Para las grandes empresas la figura del cartonero es fundamental en su negocio y tienen en claro que la desaparición de los primeros crearía una ruptura insustituible en la cadena.
Los cartoneros obtienen por su labor un promedio de 300 ó 350 pesos por mes (otros aseguran recaudar entre 200 y 220 pesos por semana), contaron a LA NACION. Cada 4 mil kilos ganan unos 240 pesos.
El PET, es el material más buscado. Se paga por kilo (equivalente a unas 20 botellas de litro y medio) 60 centavos el transparente y 40 el de color.
Aunque el precio varía, el promedio de pago por tonelada es de 600 pesos la tonelada de PET transparente y de 400 pesos la tonelada de PET de color.
El papel de diario que recogen en las calles y separan los cartoneros, en cambio, se paga unos 10 centavos el kilo, 20 centavos el cartón y 50 centavos el papel blanco. Esto a su vez equivale a unos 100, 200 y 500 pesos respectivamente la tonelada, que es lo que los galponeros o acopiadores pagan a los recolectores.
El galponero carga a los desperdicios que compra un margen de ganancia de entre el 15 y el 20 por ciento y después vende el material enfardado en la siguiente etapa de la cadena, a unos 230 o 240 pesos la tonelada de papel.
El empresario, por su parte, multiplica este valor por 3 o 4. Con eso amortiza los costos de mano de obra y energía, una merma del 15% en el cartón recuperado, y se queda con una ganancia importante.
Se suma la localidad
Con relación a la basura, cabe mencionar que desde ayer, Villa Elvira, Altos de San Lorenzo, Los Hornos, San Carlos y Tolosa comenzaron la clasificación domiciliaria y se sumaron así al programa municipal de recolección diferenciada de residuos. De este modo, el plan que promueve el reciclado de la basura, que ya rige en la totalidad del casco urbano platense, pasará a incluir al menos seis de cada diez hogares de la Ciudad. La aspiración de máxima, en el mediano plazo, es reciclar el 20 por ciento de la basura que genera la urbe a diario -120 toneladas sobre 600-, se indicó.
Según el Intendente, Pablo Bruera, los miles de kilos de material reciclable que el municipio levanta a través del Plan de Reciclado, “va a las cooperativas, las que están haciendo stock de residuos secos para aprovechar el momento en el que el mercado le permita venderlo y comprar tecnología y pagar sueldos de la cooperativa, entre otras cosas. Tenemos en Abasto, Tolosa, Gambier”.
En la actualidad el 35 por ciento de la población vive en la zona asignada al "Programa de Clasificación Diferencial de Residuos". Desde la segunda quincena de este mes, el porcentaje rondará el 65%, y desde la Municipalidad se espera que para fines de 2008 se llegue al 90 por ciento. Al respecto, sobre las cooperativas encargadas del negocio millonario de la basura, situación de salubridad de los trabajadores y el destino final de la basura, nadie en el Concejo Deliberante local se planteó ningún interrogante. Según la publicación en Internet del espacio legislativo comunal, no figura ningún pedido de informe al respecto.
UN NEGOCIO RENTABLE
El negocio de la basura mueve millones de pesos al año. Un informe del diario “La Nación” habla de cálculos no oficiales que superarían los 450 millones de pesos al año en Capital Federal. Según el intendente Pablo Bruera, son las cooperativas las encargadas del manejo de cientos de toneladas diarias que el Municipio recolecta como parte Plan de Reciclado.
Según La Nación, en Capital Federal, de los 450 millones, se estima que los cartoneros mueven alrededor del 20%, es decir, unos 90 millones originados en la informalidad.
Dice que la basura pasa del cartonero y la recolección a la clasificación de los materiales, continúa con los galponeros o acopiadores y termina en las empresas de reciclado; el pase de mano en mano aumenta el valor del reciclado. Hacen notar que “es un mundo de precaria legalidad queda al desnudo: trabajo infantil, vulnerabilidad y alta exposición a focos infecciosos, mafias, veredas sucias con bolsas de residuos despanzurradas, empresarios que aprovechan la informalidad del negocio para ganar más”, resaltando que, hasta el momento, hubo tímidas acciones de gobierno para poner en orden el andamiaje del negocio.
Estimaciones de la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel de la República Argentina (AFCPArg), por año se recogen más de 430.000 toneladas de cartón en todo el país. Otras voces aseguran que las toneladas de papel recuperado aumentaron explosivamente en los últimos dos años: ya no son 430.000 toneladas, aseguran, sino 600.000, por lo cual el negocio en danza ya no sería de 450 sino de 700 millones de pesos.
El negocio informal de la basura es altamente rentable para las empresas recicladotas. En cambio, para los trabajadores y cartoneros, quienes manipulan la basura yugando en alto riesgo, no reditúa los altos valores que se manejan en otras esferas. Desde ya, en la cadena de paso de la basura existen, según versiones oficiales, existen claroscuros interesantes, ya que, desde que el cartonero le vende al galpón y éste a las empresas de reciclado, la informalidad y el trabajo en negro, termina siendo blanqueado por grandes grupos capitalistas.
En Capital Federal, los cartoneros se enrolaron detrás de un frente creado por el gobierno, pero se desconoce la cantidad exacta de cuantos son los recolectores. En realidad los datos son difusos y esto ha requerido varios pedidos de informes. Desde el macrismo sostiene que el trabajo informal va en vías de formalizarse. La idea, como sucede en otros países, es incorporar al cartonero al trabajo formal. En Villa Soldati, el el gobierno porteño y los recicladores urbanos de la Cooperativa Ecológica de Recicladores del Bajo Flores (Cerbaf), inauguraron una planta de separación de residuos, que empleará a unos 30 operarios, todos cartoneros de la zona en la que hace cuatro años se habían formado como cooperativa.
En una segunda instancia se incorporarán más trabajadores para alcanzar la capacidad máxima de procesamiento de las instalaciones, que es de 120 toneladas de residuos diarios, lo que requiere alrededor de 150 personas. El resto de los cartoneros, ¿seguirá en la informalidad?
Podría decirse que los números no dan como para incorporar definitivamente a todos los cartoneros en el circuito formal de trabajo. O podría acaso sospecharse que es justamente la permanencia de esos miles de trabajadores al margen de las obligaciones impositivas lo que contribuye a la millonaria rentabilidad del negocio. En líneas generales, empresarios y especialistas, con distintos argumentos, dicen que el rol del cartornero es fundamental en la cadena, irreemplazable.
Rafael Gaviola, titular de Afcparg, es uno de ellos: la labor del cartonero es "dura", acepta, pero cree que su aporte a la industria del reciclado no es tan necesaria en la industria del papel porque, asegura, la mayor parte del papel que se recicla llega por devolución de diarios, las fábricas de papel y los supermercados. "La informalidad de una parte del circuito y de los cartoneros son consecuencia del modelo de país."
El licenciado José Pronato, director ejecutivo de la Cipetar, admite que, en una primera etapa, alguien tiene que hacer la recolección y, si no hay una recolección diferenciada, no se puede reciclar.
Algunos precios que se manejan en el mercado de la basura
Reciclar S.A., es una empresa pionera en el reciclado de papel, cartón y botellas de plástico (PEP). Compran los mil kilos a 900 pesos el transparente y 600 pesos el de color. Finalizado el proceso químico lo venden a 600 dólares. Se exporta a China y Alemania.
Para las grandes empresas la figura del cartonero es fundamental en su negocio y tienen en claro que la desaparición de los primeros crearía una ruptura insustituible en la cadena.
Los cartoneros obtienen por su labor un promedio de 300 ó 350 pesos por mes (otros aseguran recaudar entre 200 y 220 pesos por semana), contaron a LA NACION. Cada 4 mil kilos ganan unos 240 pesos.
El PET, es el material más buscado. Se paga por kilo (equivalente a unas 20 botellas de litro y medio) 60 centavos el transparente y 40 el de color.
Aunque el precio varía, el promedio de pago por tonelada es de 600 pesos la tonelada de PET transparente y de 400 pesos la tonelada de PET de color.
El papel de diario que recogen en las calles y separan los cartoneros, en cambio, se paga unos 10 centavos el kilo, 20 centavos el cartón y 50 centavos el papel blanco. Esto a su vez equivale a unos 100, 200 y 500 pesos respectivamente la tonelada, que es lo que los galponeros o acopiadores pagan a los recolectores.
El galponero carga a los desperdicios que compra un margen de ganancia de entre el 15 y el 20 por ciento y después vende el material enfardado en la siguiente etapa de la cadena, a unos 230 o 240 pesos la tonelada de papel.
El empresario, por su parte, multiplica este valor por 3 o 4. Con eso amortiza los costos de mano de obra y energía, una merma del 15% en el cartón recuperado, y se queda con una ganancia importante.
Se suma la localidad
Con relación a la basura, cabe mencionar que desde ayer, Villa Elvira, Altos de San Lorenzo, Los Hornos, San Carlos y Tolosa comenzaron la clasificación domiciliaria y se sumaron así al programa municipal de recolección diferenciada de residuos. De este modo, el plan que promueve el reciclado de la basura, que ya rige en la totalidad del casco urbano platense, pasará a incluir al menos seis de cada diez hogares de la Ciudad. La aspiración de máxima, en el mediano plazo, es reciclar el 20 por ciento de la basura que genera la urbe a diario -120 toneladas sobre 600-, se indicó.
Según el Intendente, Pablo Bruera, los miles de kilos de material reciclable que el municipio levanta a través del Plan de Reciclado, “va a las cooperativas, las que están haciendo stock de residuos secos para aprovechar el momento en el que el mercado le permita venderlo y comprar tecnología y pagar sueldos de la cooperativa, entre otras cosas. Tenemos en Abasto, Tolosa, Gambier”.
En la actualidad el 35 por ciento de la población vive en la zona asignada al "Programa de Clasificación Diferencial de Residuos". Desde la segunda quincena de este mes, el porcentaje rondará el 65%, y desde la Municipalidad se espera que para fines de 2008 se llegue al 90 por ciento. Al respecto, sobre las cooperativas encargadas del negocio millonario de la basura, situación de salubridad de los trabajadores y el destino final de la basura, nadie en el Concejo Deliberante local se planteó ningún interrogante. Según la publicación en Internet del espacio legislativo comunal, no figura ningún pedido de informe al respecto.