En un depósito de Abasto, delincuentes se apoderaron de los deshechos que el Municipio había recolectado y separado a través del nuevo plan de recolección.
La maniobra habría sido efectuada por personas de bajos recursos que vieron la posibilidad de entrar en la desolada planta para hacerse de unos cuantos kilos de material para la reventa. En este caso se trata de los residuos arrojados por los vecinos en las bolsas verdes, llamados por el Municipio como “secos”.
La separación que según el intendente, Pablo Bruera, es exitosa y tiene un futuro prometedor, tiene algunos puntos oscuros, que cada vez se opacan más con relación a la basura y el destino de las mismas. Lo que hoy los platenses llaman deshecho o basura, es en realidad un negocio muy rentable y, más allá de la vieja disputa con la Provincia sobre el destino del CEAMSE, cualquier municipio quisiera trabajar sus desperdicios con ganancias millonarias.
El gobierno de Bruera ha advertido que el manejo de los desperdicios traerá un beneficio para la Comuna. Hace algunos días, un grupo de ambientalistas consultaron el la Municipalidad de La Plata sobre el relleno sanitario que se piensa habilitar en el Partido y nadie le supo dar precisiones al respecto; tampoco les confirmaron el lugar donde se instalará el gran basural.
Hoy se vive con congoja el futuro cierra de la CEAMSE con frases como que “en algún lado habrá que poner la basura”, pero en realidad más de uno se frotará las manos con esa actividad. El Municipio se definió como un espacio sin un programa de reciclado, sino de selección y acopio, en este caso de los residuos secos, que en el valor de la reventa son los más buscados y los más rentables. ¿Por qué Bruera pide separar la basura si después no sabe que hacer con ella?. Si el Ejecutivo local no tenía definido el destino de los deshechos de los vecinos, ¿por qué publicamos hace ocho meses un punto de referencia a dónde irían a para los desperdicios?. Si la Municipalidad de La Plata le responde a los ambientalistas que el robo de Abasto se debió a que la planta no tiene luz ni electricidad, ¿por qué el Ejecutivo mantiene abierto el lugar que podría ser peligroso para cualquier persona por el solo hecho da juntar basura?. Son varios los puntos que el Intendente Pablo Bruera y sus hermanos manejan de puertas para adentro y de puertas hacia fuera siguen siendo muy oscuros. Demasiado oscuros. Según parece no solamente tenemos la cara sino que venimos ejerciendo hace tiempo.
La maniobra habría sido efectuada por personas de bajos recursos que vieron la posibilidad de entrar en la desolada planta para hacerse de unos cuantos kilos de material para la reventa. En este caso se trata de los residuos arrojados por los vecinos en las bolsas verdes, llamados por el Municipio como “secos”.
La separación que según el intendente, Pablo Bruera, es exitosa y tiene un futuro prometedor, tiene algunos puntos oscuros, que cada vez se opacan más con relación a la basura y el destino de las mismas. Lo que hoy los platenses llaman deshecho o basura, es en realidad un negocio muy rentable y, más allá de la vieja disputa con la Provincia sobre el destino del CEAMSE, cualquier municipio quisiera trabajar sus desperdicios con ganancias millonarias.
El gobierno de Bruera ha advertido que el manejo de los desperdicios traerá un beneficio para la Comuna. Hace algunos días, un grupo de ambientalistas consultaron el la Municipalidad de La Plata sobre el relleno sanitario que se piensa habilitar en el Partido y nadie le supo dar precisiones al respecto; tampoco les confirmaron el lugar donde se instalará el gran basural.
Hoy se vive con congoja el futuro cierra de la CEAMSE con frases como que “en algún lado habrá que poner la basura”, pero en realidad más de uno se frotará las manos con esa actividad. El Municipio se definió como un espacio sin un programa de reciclado, sino de selección y acopio, en este caso de los residuos secos, que en el valor de la reventa son los más buscados y los más rentables. ¿Por qué Bruera pide separar la basura si después no sabe que hacer con ella?. Si el Ejecutivo local no tenía definido el destino de los deshechos de los vecinos, ¿por qué publicamos hace ocho meses un punto de referencia a dónde irían a para los desperdicios?. Si la Municipalidad de La Plata le responde a los ambientalistas que el robo de Abasto se debió a que la planta no tiene luz ni electricidad, ¿por qué el Ejecutivo mantiene abierto el lugar que podría ser peligroso para cualquier persona por el solo hecho da juntar basura?. Son varios los puntos que el Intendente Pablo Bruera y sus hermanos manejan de puertas para adentro y de puertas hacia fuera siguen siendo muy oscuros. Demasiado oscuros. Según parece no solamente tenemos la cara sino que venimos ejerciendo hace tiempo.