Según una nota publicada por La Nación, el periodista Fernando Peinado Alcaráz, se internó en el populoso barrio de Villa Alba para obtener una nota con relación a la entrega de electrodomésticos para obtener votos, en la cual hay una causa abierta y entre los imputados está el sub secretario de Desarrollo Social de la Nación, Carlos Castagneto.
"Papá Noel no visita Villa Alba por Navidad, sino cada vez que hay elecciones", afirma sarcástico un vecino de este humilde barrio de La Plata, en referencia al escándalo de la presunta compra de votos a cambio de "regalos" orquestada por el gobierno nacional durante las campañas de 2005 y 2007, que está siendo investigado por la Justicia.
El camión con los pedidos realizados por los votantes estacionaba el día del reparto en un terreno baldío y a su alrededor se formaba un gran alboroto.
"Los regalos se entregaban sólo a quienes nos habíamos inscrito en unas listas que estaban en las unidades básicas", explicó a LA NACION Adalberto Sánchez, un albañil de 52 años, que recibió una heladera, una cama de matrimonio y una máquina de coser para su mujer.
Como quien escribe la carta de regalos a Papá Noel, los solicitantes anotaban en las listas qué deseaban recibir: muebles, electrodomésticos o materiales de construcción como cemento y ladrillos.
"Muchas personas necesitadas se quedaron con las manos vacías porque no se registraron. O no se enteraron o eran radicales que, como es lógico, no suelen acercarse por las unidades básicas", afirmó Sánchez.
Según los vecinos, durante el reparto, que tuvo lugar pocos días antes de la jornada del voto, hubo momentos de descontrol que algunos aprovecharon para robar algo, a pesar de que la Policía Federal escoltaba a los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Docial.
A votar en remisse
"He votado en muchas elecciones y jamás presencié una jornada con tantas irregularidades", declaró a LA NACION otro vecino que no quiso revelar su identidad, al recordar la votación del 28 de octubre del año pasado.
"Autos con calcomanías de los candidatos justicialistas en las ventanillas recogían a los vecinos y los llevaban a votar al colegio. Por otro lado, desaparecieron sospechosamente las boletas de varios candidatos", agregó.
Villa Alba fue una despensa de votos para el Partido Justicialista en las últimas dos elecciones y en ambos comicios obtuvo alrededor del 70 % de los sufragios. La política prebendaria ha sido una constante desde hace años, según afirman los vecinos, pero en los últimos años los métodos empleados se volvieron más descarados.
"Siempre nos intentaron comprar. Antes con plata y ahora con electrodomésticos, pero a nadie se le ha ocurrido que lo que realmente necesitamos es un trabajo. A los pibes podrían enseñarles un oficio y no acabarían todos metidos en la droga", protestó Sánchez. Otro vecino apuntó mordaz: "es una casualidad que la acción social sólo funcione una vez al año y ese día siempre sea justo antes de las elecciones".
Dos altos funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social, encargados de la gestión de estas dádivas están siendo investigados por este caso de clientelismo: Carlos Castagneto, viceministro a cargo de la Secretaría de Coordinación y Monitoreo Institucional y Marcela Vessvessian, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia.
Esta semana, el fiscal federal Federico Delgado solicitó la declaración indagatoria de ambos por el uso indebido de fondos públicos, un delito con penas de dos a diez años e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. La firma de Castagneto aparece en los documentos que autorizaron el reparto y que obran en poder del fiscal.
"Papá Noel no visita Villa Alba por Navidad, sino cada vez que hay elecciones", afirma sarcástico un vecino de este humilde barrio de La Plata, en referencia al escándalo de la presunta compra de votos a cambio de "regalos" orquestada por el gobierno nacional durante las campañas de 2005 y 2007, que está siendo investigado por la Justicia.
El camión con los pedidos realizados por los votantes estacionaba el día del reparto en un terreno baldío y a su alrededor se formaba un gran alboroto.
"Los regalos se entregaban sólo a quienes nos habíamos inscrito en unas listas que estaban en las unidades básicas", explicó a LA NACION Adalberto Sánchez, un albañil de 52 años, que recibió una heladera, una cama de matrimonio y una máquina de coser para su mujer.
Como quien escribe la carta de regalos a Papá Noel, los solicitantes anotaban en las listas qué deseaban recibir: muebles, electrodomésticos o materiales de construcción como cemento y ladrillos.
"Muchas personas necesitadas se quedaron con las manos vacías porque no se registraron. O no se enteraron o eran radicales que, como es lógico, no suelen acercarse por las unidades básicas", afirmó Sánchez.
Según los vecinos, durante el reparto, que tuvo lugar pocos días antes de la jornada del voto, hubo momentos de descontrol que algunos aprovecharon para robar algo, a pesar de que la Policía Federal escoltaba a los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Docial.
A votar en remisse
"He votado en muchas elecciones y jamás presencié una jornada con tantas irregularidades", declaró a LA NACION otro vecino que no quiso revelar su identidad, al recordar la votación del 28 de octubre del año pasado.
"Autos con calcomanías de los candidatos justicialistas en las ventanillas recogían a los vecinos y los llevaban a votar al colegio. Por otro lado, desaparecieron sospechosamente las boletas de varios candidatos", agregó.
Villa Alba fue una despensa de votos para el Partido Justicialista en las últimas dos elecciones y en ambos comicios obtuvo alrededor del 70 % de los sufragios. La política prebendaria ha sido una constante desde hace años, según afirman los vecinos, pero en los últimos años los métodos empleados se volvieron más descarados.
"Siempre nos intentaron comprar. Antes con plata y ahora con electrodomésticos, pero a nadie se le ha ocurrido que lo que realmente necesitamos es un trabajo. A los pibes podrían enseñarles un oficio y no acabarían todos metidos en la droga", protestó Sánchez. Otro vecino apuntó mordaz: "es una casualidad que la acción social sólo funcione una vez al año y ese día siempre sea justo antes de las elecciones".
Dos altos funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social, encargados de la gestión de estas dádivas están siendo investigados por este caso de clientelismo: Carlos Castagneto, viceministro a cargo de la Secretaría de Coordinación y Monitoreo Institucional y Marcela Vessvessian, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia.
Esta semana, el fiscal federal Federico Delgado solicitó la declaración indagatoria de ambos por el uso indebido de fondos públicos, un delito con penas de dos a diez años e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. La firma de Castagneto aparece en los documentos que autorizaron el reparto y que obran en poder del fiscal.